Soneto: IV LA VIDA DE LA MUERTE

Miguel de Unamuno


Oir llover no más, sentirme vivo;
el universo convertido en bruma
y encima mi conciencia como espuma
en que el pausado gotear recibo.

Muerto en mí todo lo que sea activo,
mientras toda vision la lluvia esfuma,
y allá abajo la sima en que se suma
de la clepsidra el agua; y el archivo.

de mi memoria, de recuerdos mudo;
el ánimo saciado en puro inerte;
sin lanza, y por lo tanto sin escudo,

á merced de los vientos de la suerte;
este vivir, que es el vivir desnudo,
no es acaso la vida de la muerte?