Miguel de Unamuno
De fruta henchido el árbol de la vida
yérguese enfrente al árbol de la ciencia
lleno de flores de aromosa esencia
por Dios á nuestros padres prohibida.
Mas el provecho por el goce olvida
la mujer, y abusando de inocencia
al hombre da —feliz desobediencia!—
flor de saber que á más saber convida.
Desde entonces el pago del tributo
de nuestra muerte es de la vida el quicio;
envuelta el alma en el cristiano luto
rendimos á desgana el sacrificio
de la virtud para cojer su fruto,
¡mientras florece perfumado el vicio!
De fruta henchido el árbol de la vida
yérguese enfrente al árbol de la ciencia
lleno de flores de aromosa esencia
por Dios á nuestros padres prohibida.
Mas el provecho por el goce olvida
la mujer, y abusando de inocencia
al hombre da —feliz desobediencia!—
flor de saber que á más saber convida.
Desde entonces el pago del tributo
de nuestra muerte es de la vida el quicio;
envuelta el alma en el cristiano luto
rendimos á desgana el sacrificio
de la virtud para cojer su fruto,
¡mientras florece perfumado el vicio!