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Soñé con una princesa:
huella de mortal dolor
llevaba en el rostro impresa:
bajo la enramada espesa
la abracé, loco de amor.
-«¡Ah princesa! No ambiciono
corona, cetro ni trono;
guárdelos tu padre, sí;
todo el resto lo abandono,
si lograrte puedo a ti.
-No puede ser: ¡triste suerte!
ya es la tumba mi mansión:
sólo de noche, por verte,
vengo, burlando a la muerte:
¡ve si es grande mi pasión!»
Soñé con una princesa:
huella de mortal dolor
llevaba en el rostro impresa:
bajo la enramada espesa
la abracé, loco de amor.
-«¡Ah princesa! No ambiciono
corona, cetro ni trono;
guárdelos tu padre, sí;
todo el resto lo abandono,
si lograrte puedo a ti.
-No puede ser: ¡triste suerte!
ya es la tumba mi mansión:
sólo de noche, por verte,
vengo, burlando a la muerte:
¡ve si es grande mi pasión!»