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Tibia noche de Abril en dulce calma
abre todas las flores; si se aduerme
en descuidados éxtasis el alma,
¡cuán fácil al Amor será el prenderme!
Mas ¿cuál de tantas deliciosas flores
rendir podrá mi voluntad serena?
dícenme los parleros ruiseñores:
«Guárdate de la cándida azucena».
Tibia noche de Abril en dulce calma
abre todas las flores; si se aduerme
en descuidados éxtasis el alma,
¡cuán fácil al Amor será el prenderme!
Mas ¿cuál de tantas deliciosas flores
rendir podrá mi voluntad serena?
dícenme los parleros ruiseñores:
«Guárdate de la cándida azucena».