La fortuna
¡Ah, señora Fortuna! inútilmente
desdeñosa te muestras. Tus favores
conquistaré con ánimo valiente
como todos los bravos luchadores.
En la reñida lid caerás domada;
ya forjo el yugo al que serás uncida;
pero al verte a mis plantas desarmada,
siento en el corazón mortal herida.
La roja sangre brota en largo río
y el dulce soplo del vital aliento...
y cuando el triunfo que anhelé, ya es mío,
ceder mis fuerzas y morir me siento.
¡Ah, señora Fortuna! inútilmente
desdeñosa te muestras. Tus favores
conquistaré con ánimo valiente
como todos los bravos luchadores.
En la reñida lid caerás domada;
ya forjo el yugo al que serás uncida;
pero al verte a mis plantas desarmada,
siento en el corazón mortal herida.
La roja sangre brota en largo río
y el dulce soplo del vital aliento...
y cuando el triunfo que anhelé, ya es mío,
ceder mis fuerzas y morir me siento.