Alí Bey
Alí Bey, el más heroico
paladín de los creyentes,
en los brazos de una hermosa
disfruta el mayor deleite,
y el mismo Alah poderoso
se complace y goza viéndole
disfrutar del Paraíso
anticipados placeres.
Odaliscas le rodean
bellas como hurís celestes;
una las barbas le riza,
otra le ha ungido las sienes,
otra la cítara pulsa,
baila y canta alegremente,
y el pecho le besa, en donde
todas las delicias hierven.
Suenan trompetas de pronto,
fragor de encontradas huestes,
choque de espadas y alfanjes,
estampidos de mosquetes,
y entre ellos voces que gritan:
-«¡Gran señor, los francos vienen!»
En su caballo de guerra
intrépido monta el héroe;
como en sueños, corre al campo
del combate, porque siempre
de los brazos de su hermosa
los dulces halagos siente,
y mientras caen a sus golpes
cabezas de los infieles,
cual feliz enamorado
sonríe tranquilamente.
Alí Bey, el más heroico
paladín de los creyentes,
en los brazos de una hermosa
disfruta el mayor deleite,
y el mismo Alah poderoso
se complace y goza viéndole
disfrutar del Paraíso
anticipados placeres.
Odaliscas le rodean
bellas como hurís celestes;
una las barbas le riza,
otra le ha ungido las sienes,
otra la cítara pulsa,
baila y canta alegremente,
y el pecho le besa, en donde
todas las delicias hierven.
Suenan trompetas de pronto,
fragor de encontradas huestes,
choque de espadas y alfanjes,
estampidos de mosquetes,
y entre ellos voces que gritan:
-«¡Gran señor, los francos vienen!»
En su caballo de guerra
intrépido monta el héroe;
como en sueños, corre al campo
del combate, porque siempre
de los brazos de su hermosa
los dulces halagos siente,
y mientras caen a sus golpes
cabezas de los infieles,
cual feliz enamorado
sonríe tranquilamente.