Poema - 57 - de Heinrich Heine

- 57 -

Mi corazón anhelante
buscó reposó y placer
a tu lado; tú, inconstante,
te separaste al instante:
¡tenías mucho que hacer!

Te dije, prenda adorada,
que era tuya el alma mía;
y tú, esquiva y asombrada,
soltando la carcajada,
me hiciste una cortesía.

La herida que me abre el pecho
después más profunda has hecho,
y un agravio de otro en pos,
me ha negado tu despecho
hasta el beso del adiós.

¿Piensas que una bala cruel
fin a mis ansias dará?
Cuesta tragar tanta hiel;
pero eso, mi hermosa infiel,
me ha pasado otra vez ya.