Poema - 25 - de Heinrich Heine

- 25 -

Yo contemplaba su retrato en sueños,
su imagen bendecida,
y vi brotar de súbito, halagüeños,
los signos de la vida,

Dulce sonrisa, de indecible encanto,
abrió sus labios rojos;
gota feliz de cariñoso llanto
apareció en sus ojos.

Y corría también por mi semblante
lloro mal contenido;
y «¡No puedo, exclamaba delirante,
creer que la he perdido!»