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Yo contemplaba su retrato en sueños,
su imagen bendecida,
y vi brotar de súbito, halagüeños,
los signos de la vida,
Dulce sonrisa, de indecible encanto,
abrió sus labios rojos;
gota feliz de cariñoso llanto
apareció en sus ojos.
Y corría también por mi semblante
lloro mal contenido;
y «¡No puedo, exclamaba delirante,
creer que la he perdido!»
Yo contemplaba su retrato en sueños,
su imagen bendecida,
y vi brotar de súbito, halagüeños,
los signos de la vida,
Dulce sonrisa, de indecible encanto,
abrió sus labios rojos;
gota feliz de cariñoso llanto
apareció en sus ojos.
Y corría también por mi semblante
lloro mal contenido;
y «¡No puedo, exclamaba delirante,
creer que la he perdido!»