Poema - 24 - de Heinrich Heine

- 24 -

La hermosa duerme en su cuarto:
entra en él la luna pálida;
dulce música de valses
oye sonar en la plaza.
«¿Quién turba mi sueño?» dice,
y se asoma a la ventana:
¡es un horrible esqueleto
que toca a la vez y canta!
-«Un vals tú me prometiste,
y has faltado a la palabra:
ven conmigo al Camposanto:
esta noche, allí es la danza».
La hermosa salta del lecho,
la hermosa sale de casa,
la hermosa sigue al espectro,
que al par toca, brinca y marcha.
Marcha, brinca, toca y hace
con su horrenda frente calva
al resplandor de la luna
mil reverencias extrañas.