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¡Horrible noche! Un torrente,
vierten las lluvias sonoras;
silba el ábrego inclemente:
¿qué estará haciendo a estas horas,
mi pobre niña inocente?
Viéndola estoy, asomada
al balcón, meditabunda,
la faz en lloros bañada,
y perdida la mirada
en la obscuridad profunda.
¡Horrible noche! Un torrente,
vierten las lluvias sonoras;
silba el ábrego inclemente:
¿qué estará haciendo a estas horas,
mi pobre niña inocente?
Viéndola estoy, asomada
al balcón, meditabunda,
la faz en lloros bañada,
y perdida la mirada
en la obscuridad profunda.