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Vime en sueños a mí mismo,
ceremonioso y formal,
todo vestido de gala,
guante blanco y negro frac.
Encontrábame delante
de mi adorada beldad,
y haciéndole reverencia,
díjele afable y galán:
-«Si sois vos, señora mía,
la hermosa que va al altar,
si sois vos, señora mía,
mis plácemes aceptad».
Sentí, cuando así le hablaba,
escalofrío glacial;
se me anudó la garganta,
y no pude decir más,
Rompió la hermosa de pronto,
rompió de pronto a llorar,
y sus lágrimas borraron
su imagen angelical.
¡Ojos claros y serenos,
astros de amor y de paz,
mil veces en gratos sueños
me habéis engañado ya;
mil veces también, despierto,
me volvisteis a engañar,
y a pesar de tanto engaño,
por mi bien o por mi mal,
he de dar crédito a todo,
a todo cuanto queráis!
Vime en sueños a mí mismo,
ceremonioso y formal,
todo vestido de gala,
guante blanco y negro frac.
Encontrábame delante
de mi adorada beldad,
y haciéndole reverencia,
díjele afable y galán:
-«Si sois vos, señora mía,
la hermosa que va al altar,
si sois vos, señora mía,
mis plácemes aceptad».
Sentí, cuando así le hablaba,
escalofrío glacial;
se me anudó la garganta,
y no pude decir más,
Rompió la hermosa de pronto,
rompió de pronto a llorar,
y sus lágrimas borraron
su imagen angelical.
¡Ojos claros y serenos,
astros de amor y de paz,
mil veces en gratos sueños
me habéis engañado ya;
mil veces también, despierto,
me volvisteis a engañar,
y a pesar de tanto engaño,
por mi bien o por mi mal,
he de dar crédito a todo,
a todo cuanto queráis!