Los años vienen y van
se abre y se cierra la tumba,
y no logro que sucumba
este apasionado afán.
Y no querrá nunca Dios
que feliz llegue a su lado,
y exclame, a sus pies postrado:
«Señora, muero por vos».
se abre y se cierra la tumba,
y no logro que sucumba
este apasionado afán.
Y no querrá nunca Dios
que feliz llegue a su lado,
y exclame, a sus pies postrado:
«Señora, muero por vos».