Soneto: XXXVI EL EVANGELIO

Miguel de Unamuno


Le dió Mateo la cabeza humana,
tronco de toro Lucas, leoninas
garras Marcos y Juan las aquilinas
alas le dió. Nacido una mañana

de oscura niebla, la que de Dios mana
pura lumbre por valles y colinas
vertió, pero velada por neblinas
con que á uno enferma si es que al otro sana.

Porque es la encarnación de aquel querube
cuyo nombre en el cielo es el de Esfinge,
que entre fulgores de dorada nube

la faz del Dios de amor y de ira finge
y sin llegarle nunca hacia Aquel sube
que la luz del misterio en si restringe.