Soneto: XXXII AL TORMES

Miguel de Unamuno


Desde Gredos, espalda de Castilla,
rodando, Tormes, sobre tu dehesa
pasas brezando el sueño de Teresa
junto á Alba la ducal dormida villa.

De la Flecha gozándote en la orilla
un punto te detienes en la presa
que el soto de Fray Luis cantando besa
y con tu canto animas al que trilla.

De Salamanca cristalino espejo
retratas luego sus doradas torres,
pasas solemne bajo el puente viejo

de los romanos y el hortal recorres
que Meléndez cantara. Tu consejo
no de mi pecho, Tormes mío, borres.