Miguel de Unamuno
No me resignaré, no, que mi lote
bregar es sin espera de victoria
y sucumbir en busca de la gloria
de palizas cual las de Don Quijote.
Mientras mi terco anhelo no se agote
defenderé aun la absurda, la ilusoria
creencia que da vida, y no á la noria
del saber triste con esclavo trote
regar haré. Que esa agua de la ciencia
al ánimo nos mete cual calambre
la desesperación, pues la creencia
vital borrando, nos amarga el hambre
de no morir y seca la existencia
desenterrando su inmortal raigambre.
No me resignaré, no, que mi lote
bregar es sin espera de victoria
y sucumbir en busca de la gloria
de palizas cual las de Don Quijote.
Mientras mi terco anhelo no se agote
defenderé aun la absurda, la ilusoria
creencia que da vida, y no á la noria
del saber triste con esclavo trote
regar haré. Que esa agua de la ciencia
al ánimo nos mete cual calambre
la desesperación, pues la creencia
vital borrando, nos amarga el hambre
de no morir y seca la existencia
desenterrando su inmortal raigambre.