Soneto: LXVII LA SANGRE DEL ESPÍRITU

Miguel de Unamuno


La sangre de mi espíritu es mi lengua
y mi patria es allí donde resuene
soberano su verbo, que no amengua
su voz por mucho que ambos mundos llene.

Ya Séneca la preludió aun no nacida,
y en su austero latín ella se encierra,
Alfonso á Europa dió con ella vida
Colón con ella redobló la tierra.

Y esta mi lengua flota como el arca
de cien pueblos contrarios y distantes,
que las flores en ella hallaron brote

de Juárez y Rizal, pues ella abarca
legión de razas, lengua en que á Cervantes
Dios le dio el Evangelio del Quijote.