Soneto: LXIII PAZ DE GUERRA

Miguel de Unamuno


Almas de Dios que bajo el recio hostigo
del cielo atravesais esta galerna
de la vida que pasa hacia la eterna
llevando rumbo; cuando ya al abrigo

esteis seguras en el puerto amigo,
la nave —destrozados la cuaderna
y el gobernalle, que ya no gobierna—
en girones cual capa de mendigo,

y con el pecho de onda amarga lleno
en él se mezclará á vuestra alegría
cierto pesar; añorareis el trueno

de tempestad, pues que de paz el día
si es dulce es porque hacemos en su seno
con la pasada guerra poesía.