De Maistre.
«Adelante! que es vuestra la victoria!»
clamaba en el combate el buen caudillo
fingiendo la confianza obligatoria
mientras su pecho el ponderoso trillo
del tedio laceraba y á la gloria
sin creer en ella les llevó; el castillo
rindióse ante su empuje, y su memoria
brilla hoy de tal hazaña con el brillo.
«Y esto es vencer? —se dijo al verse solo—
mas ea! hay que engañar á los hermanos;
vence el que cree vencer; yo que no creo
debo engañarles; por su bien me inmolo;
ellos quieren vivir; pobres humanos,
que asi fingen el mundo á su deseo!»
«Adelante! que es vuestra la victoria!»
clamaba en el combate el buen caudillo
fingiendo la confianza obligatoria
mientras su pecho el ponderoso trillo
del tedio laceraba y á la gloria
sin creer en ella les llevó; el castillo
rindióse ante su empuje, y su memoria
brilla hoy de tal hazaña con el brillo.
«Y esto es vencer? —se dijo al verse solo—
mas ea! hay que engañar á los hermanos;
vence el que cree vencer; yo que no creo
debo engañarles; por su bien me inmolo;
ellos quieren vivir; pobres humanos,
que asi fingen el mundo á su deseo!»