Soneto: CXXII Non Serviam

Miguel de Unamuno
Vive la liberté!

Cualquier esclavo.


«No serviré!» gritó no bien naciera
una conciencia de sí misma, lumbre
de las tinieblas del no ser; la cumbre
del cielo tenebroso ardió en la hoguera

del conocer fatal; toda la esfera
en su seno sintió la reciedumbre
de haber sido creada, pesadumbre
de la nada, su madre, y á la fiera

voz de reto los mundos en sus gonces
rechinaron de espanto y ese grito
perdura sin cesar en las edades;

y esclavos los mortales desde entonces
cantan, puesta la vista al infinito,
sombras de libertad, las libertades.