Miguel de Unamuno
A la yerba que cubre tu morada
de queda y donde tu alma en su capullo
de polvo espera, arráncale un murmullo
la lluvia que del cielo derramada
la hiere. La canción es encantada
del último misterio, es el arrullo
de nuestro último amor, el dulce abrullo
de nuestra madre Tierra, ya cansada
de parir hombres que á su seno oscuro
vuelven á reposar. La pobre siente
que el pasado penar con el futuro
en su entraña se funden, y doliente
breza á sus muertos mientra al no maduro
fruto de su dolor rinde la frente.
A la yerba que cubre tu morada
de queda y donde tu alma en su capullo
de polvo espera, arráncale un murmullo
la lluvia que del cielo derramada
la hiere. La canción es encantada
del último misterio, es el arrullo
de nuestro último amor, el dulce abrullo
de nuestra madre Tierra, ya cansada
de parir hombres que á su seno oscuro
vuelven á reposar. La pobre siente
que el pasado penar con el futuro
en su entraña se funden, y doliente
breza á sus muertos mientra al no maduro
fruto de su dolor rinde la frente.