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El mensaje
-Paje, ensilla tu alazán,
y sin tregua ni reposo,
cabalga con vivo afán
hacia el soberbio y famoso
castillo del rey Duncán.
Albérgate en un rincón
de cualquier camaranchón,
y di a un mozo, de pasada:
«Dos las hijas del rey son;
de ellas ¿cuál la desposada?»
Si te responde -¡ojalá!-
«La morena», vuelve acá,
vuelve pronto, en son de fiesta;
si 'la rubia' te contesta,
entonces... no hay prisa ya.
Vuelve; mas compra primero
una soga al cordelero,
y después -¡la pena me ahoga!-
mudo y fatal mensajero,
ven y dame aquella soga.
El mensaje
-Paje, ensilla tu alazán,
y sin tregua ni reposo,
cabalga con vivo afán
hacia el soberbio y famoso
castillo del rey Duncán.
Albérgate en un rincón
de cualquier camaranchón,
y di a un mozo, de pasada:
«Dos las hijas del rey son;
de ellas ¿cuál la desposada?»
Si te responde -¡ojalá!-
«La morena», vuelve acá,
vuelve pronto, en son de fiesta;
si 'la rubia' te contesta,
entonces... no hay prisa ya.
Vuelve; mas compra primero
una soga al cordelero,
y después -¡la pena me ahoga!-
mudo y fatal mensajero,
ven y dame aquella soga.