Poema: A un pintor de Rubén Darío

A un pintor


Vamos a cazar, oh Ramos,
vamos por allí;
suenan cuernos y reclamos
y ecos de jaurías; y

vamos a cazar colores,
vamos a cazar
entre troncos y entre flores,
arte singular.

Pintor de melancolías,
amigo pintor,
la perla que tú deslías
tendrá mi dolor.

Teorías de dolores
has pintado tú;
y priapeas y ardores
que da Belcebú.

Amas la luz y la furia
que es un don de Pan,
la poderosa lujuria
que los dioses dan.

Lúgubres atardeceres
y amor y dolor,
crepúsculos de mujeres...
masculino horror...

Vagos éxodos funestos,
gestos de pesar,
gestos terribles y gestos
de llorar y aullar.

El sol poniente que quema
la última ilusión,
o la bruma de un poema
que es fin de pasión.

Hondas negruras de abismo
y espanto fatal,
lividez de cataclismo
o anuncio mortal.

Ráfagas de sombra y frío
y un errante ir...
(¡Vamos a morir Dios mío,
vamos a morir!).

Pintor de melancolías,
deja esa visión.
Hay soles de eternos días,
Olimpo y Sión.

Vamos a cazar colores,
ilusión los bosques dan,
las dríadas brindan flores
y alegría el egipán.

El trigal sueña en la misa;
hay de besos un rumor;
y en la seda de la brisa
va la gracia del amor.