Si trasformar pudiese mi figura
como el Ideo Júpiter solía,
en blanco cisne vuelto ya sería,
mirando de mi Leda la luz pura,
y sin algún temor de muerte oscura
en honra suya el canto ensalzaría,
su frente y bellos ojos tocaría,
ensandeciendo, ufano, en tal ventura.
Mas en luciente pluvia convertido
perdería el electro la fineza,
si el velo esparce, suelto en rayos de oro;
pero siendo en la falda recogido,
y junto al esplendor de la belleza,
tendría el precio del mayor tesoro.