-Boscán, tarde llegamos. ¿Hay posada?
-Llamad desde la posta, Garcilaso.
-¿Quién es? -Dos caballeros del Parnaso.
-No hay donde nocturnar palestra armada.
-No entiendo lo que dice la criada.
Madona, ¿qué decís? -Que afecten paso,
que obstenta limbos el mentido ocaso
y el sol depingen la porción rosada.
-¿Estás en ti, mujer? -Negóse al tino
el ambulante huésped. -¡Que en tan poco
tiempo tal lengua entre cristianos haya!
Boscán, perdido habemos el camino;
preguntad por Castilla, que estoy loco
o no habemos salido de Vizcaya.
-Llamad desde la posta, Garcilaso.
-¿Quién es? -Dos caballeros del Parnaso.
-No hay donde nocturnar palestra armada.
-No entiendo lo que dice la criada.
Madona, ¿qué decís? -Que afecten paso,
que obstenta limbos el mentido ocaso
y el sol depingen la porción rosada.
-¿Estás en ti, mujer? -Negóse al tino
el ambulante huésped. -¡Que en tan poco
tiempo tal lengua entre cristianos haya!
Boscán, perdido habemos el camino;
preguntad por Castilla, que estoy loco
o no habemos salido de Vizcaya.