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Inunda bosque y pradera
la noche de primavera,
hermosa como ninguna:
brilla en Oriente la luna
dorada en la azul esfera.
Junto a la mansa corriente
el grillo chilla estridente;
y en la tranquila extensión
algo el pasajero siente,
cual vaga palpitación.
Allá, en fuente cristalina,
báñase la hermosa ondina;
y con plácidos asombros,
la tibia luna ilumina
su blanca espalda y sus hombros.
Inunda bosque y pradera
la noche de primavera,
hermosa como ninguna:
brilla en Oriente la luna
dorada en la azul esfera.
Junto a la mansa corriente
el grillo chilla estridente;
y en la tranquila extensión
algo el pasajero siente,
cual vaga palpitación.
Allá, en fuente cristalina,
báñase la hermosa ondina;
y con plácidos asombros,
la tibia luna ilumina
su blanca espalda y sus hombros.