- 81 -
¡Cuánto se alarmaron, cuánto
los eunucos, ¡cielo santo!
cuando levanté la voz!
¡Dijeron que era mi canto
grosero, incivil, atroz!
Unieron en sutil coro
sus vocecitas de grillo,
y con el mayor decoro
cantaron rancio estribillo,
sentimental y sonoro!
Era amorosa canción,
llena de tiernas querellas,
y la escuchaban las bellas
con tan sensible emoción,
que lloraban todas ellas.
¡Cuánto se alarmaron, cuánto
los eunucos, ¡cielo santo!
cuando levanté la voz!
¡Dijeron que era mi canto
grosero, incivil, atroz!
Unieron en sutil coro
sus vocecitas de grillo,
y con el mayor decoro
cantaron rancio estribillo,
sentimental y sonoro!
Era amorosa canción,
llena de tiernas querellas,
y la escuchaban las bellas
con tan sensible emoción,
que lloraban todas ellas.