Poema - 28 - de Heinrich Heine

- 28 -

¡Oh dulce ensueño! Brilla desmayada
la luna, y me conducen sus reflejos
a la ciudad do vive mi adorada
allá, lejos, muy lejos.

Contemplo su morada embebecido,
y un beso en el umbral mi labio sella,
en el umbral que roza su vestido
y su breve pie huella.

Larga es la noche y fría cual ninguna:
frío el umbral, do extático me postro;
y en la ventana, al rayo de la luna,
resplandece su rostro.