En un álbum de José Zorrilla

No sé si por el valle de la vida
Cruzaré, fatigado peregrino,
Acabando cual flor que consumida,
Se seca entre los brezos de un camino.

No sé si en pos de inspiración ardiente,
Rico y sediento el corazón de gloria,
Lo cruzaré cual rápido torrente,
Rastro dejando de inmortal memoria.

Mas ya ruede cual hoja que arrebata
Sonante y revoltoso torbellino,
Ya baje como excelsa catarata,
Ufano con mi espléndido destino,

Cuando al borde de tumba solitaria
Desparrame mis pobres pensamientos,
De mustias flores muchedumbre varia,
Secas entre mis últimos alientos,

Fiad, señora, que en tan triste lecho,
Siempre leal y generoso amigo,
Al ocupar mi cabezal estrecho,
Vuestra memoria dormirá conmigo.