Poema: Desdichada eres tú, querida mía de Heinrich Heine

- 19 -

Desdichada eres tú, querida mía;
desdichados al par somos los dos;
desdichados seremos hasta el día
que cure nuestro mal la muerte pía,
¡hasta que quiera Dios!

Brilla en tus labios risa de despecho,
y en tu mirar irónica altivez;
glorioso y satisfecho,
late el orgullo en tu triunfante pecho;
y somos desdichados a la vez!

Al arder más espléndidos tu ojos,
una lágrima en ellos asomó;
mueren las risas en tus labios rojos;
tu pecho esconde míseros enojos,
¡y eres tan desdichada como yo!