Mía: Así te llamas.
¿Qué más armonía?
Mía: luz del día;
mía: rosas llamas.
¡Qué aromas derramas
en el alma mía,
si sé que me amas,
¡oh Mía, oh Mía!
Tu sexo fundiste
con mi sexo fuerte,
fundiendo dos bronces.
Yo triste, tú triste. . .
¿No has de ser entonces
mía hasta la muerte?
¿Qué más armonía?
Mía: luz del día;
mía: rosas llamas.
¡Qué aromas derramas
en el alma mía,
si sé que me amas,
¡oh Mía, oh Mía!
Tu sexo fundiste
con mi sexo fuerte,
fundiendo dos bronces.
Yo triste, tú triste. . .
¿No has de ser entonces
mía hasta la muerte?