HOMERO ARIDJIS
Ella violenta y pública
en el peregrinaje lento de las horas
que resbalan coloreándose hacia el alba
ella
exterminada y recobrada
por batallones en su misma mano
faz que se dobla en el arco
haciéndose durar
plenitud quebranto inclinación
centro donde el esplendor se esparce
o se concentra con el instante a la deriva
con los fetiches
con los proscritos de las calles
con las mujeres que llaman con susurros
con los que esperan que lo oscuro amanezca
para que su techo sea un techo dorado
ella con lunas negras
pareja y cada uno de los oponentes
sobre el hallazgo y el trance
al fondo de su secreto brilla
alberga alas que la ascienden
ojos que develan sus brumas
la noche es su aurora
sacude en el pasmado al desertor
teje un manto de espanto en torno
de aquellos que niegan la justicia
Ella violenta y pública
en el peregrinaje lento de las horas
que resbalan coloreándose hacia el alba
ella
exterminada y recobrada
por batallones en su misma mano
faz que se dobla en el arco
haciéndose durar
plenitud quebranto inclinación
centro donde el esplendor se esparce
o se concentra con el instante a la deriva
con los fetiches
con los proscritos de las calles
con las mujeres que llaman con susurros
con los que esperan que lo oscuro amanezca
para que su techo sea un techo dorado
ella con lunas negras
pareja y cada uno de los oponentes
sobre el hallazgo y el trance
al fondo de su secreto brilla
alberga alas que la ascienden
ojos que develan sus brumas
la noche es su aurora
sacude en el pasmado al desertor
teje un manto de espanto en torno
de aquellos que niegan la justicia