Si encuentro en mis excursiones
la familia de mi amada,
padre, madre y hermanitas
me reconocen y abrazan.
Me saludan, me interrogan,
y todos a un tiempo charlan;
dícenme que estoy lo mismo,
aunque más flaco de cara.
Pregunto a mi vez por tías,
por sobrinas y cuñadas,
y hasta por aquel cachorro
que tan juguetón ladraba.
Pregunto también por ella,
con otro -¡ay cielos!- casada,
y me dicen, muy gozosos,
que recién parida se halla.
Les doy mil enhorabuenas
con la sonrisa más grata,
y les digo balbuceando
que me pongan a sus plantas.
La hermanita, de repente,
dice: «Al perro le entró rabia,
y lo llevaron al río,
y lo arrojaron al agua».
La pequeña cuando ríe
es retrato de su hermana,
y tiene los mismos ojos
causantes de mis desgracias.
la familia de mi amada,
padre, madre y hermanitas
me reconocen y abrazan.
Me saludan, me interrogan,
y todos a un tiempo charlan;
dícenme que estoy lo mismo,
aunque más flaco de cara.
Pregunto a mi vez por tías,
por sobrinas y cuñadas,
y hasta por aquel cachorro
que tan juguetón ladraba.
Pregunto también por ella,
con otro -¡ay cielos!- casada,
y me dicen, muy gozosos,
que recién parida se halla.
Les doy mil enhorabuenas
con la sonrisa más grata,
y les digo balbuceando
que me pongan a sus plantas.
La hermanita, de repente,
dice: «Al perro le entró rabia,
y lo llevaron al río,
y lo arrojaron al agua».
La pequeña cuando ríe
es retrato de su hermana,
y tiene los mismos ojos
causantes de mis desgracias.