¡Oh dulce ensueño! Brilla desmayada
la luna, y me conducen sus reflejos
a la ciudad do vive mi adorada
allá, lejos, muy lejos.
Contemplo su morada embebecido,
y un beso en el umbral mi labio sella,
en el umbral que roza su vestido
y su breve pie huella.
Larga es la noche y fría cual ninguna:
frío el umbral, do extático me postro;
y en la ventana, al rayo de la luna,
resplandece su rostro.
la luna, y me conducen sus reflejos
a la ciudad do vive mi adorada
allá, lejos, muy lejos.
Contemplo su morada embebecido,
y un beso en el umbral mi labio sella,
en el umbral que roza su vestido
y su breve pie huella.
Larga es la noche y fría cual ninguna:
frío el umbral, do extático me postro;
y en la ventana, al rayo de la luna,
resplandece su rostro.