Miguel de Unamuno
Leyendo á Cournot.
Hay la ley del milagro que regula
cuanto escapa á otra ley pues ni Dios mismo,
con su poder, se arranca del abismo
en el que toda sinrazón se anula.
Es ley de vida que no se formula
en trazado ni en cifras de guarismo
mas la mente compréndela en bautismo
y con nombre de azar la disimula.
Dios á dos manos teje en su telar
con la zurda llevando el recio trazo
que el hombre á ciencia logra sujetar,
mientras su diestra en ese cañamazo
borda al santo capricho del azar
que es del progreso el poderoso brazo.
Leyendo á Cournot.
Hay la ley del milagro que regula
cuanto escapa á otra ley pues ni Dios mismo,
con su poder, se arranca del abismo
en el que toda sinrazón se anula.
Es ley de vida que no se formula
en trazado ni en cifras de guarismo
mas la mente compréndela en bautismo
y con nombre de azar la disimula.
Dios á dos manos teje en su telar
con la zurda llevando el recio trazo
que el hombre á ciencia logra sujetar,
mientras su diestra en ese cañamazo
borda al santo capricho del azar
que es del progreso el poderoso brazo.