Soneto: XXIV Ó CRUZ Ú ORO!

Miguel de Unamuno


Sobre el pecho, colgada de tu cuello,
una cruz de oro refulgente llevas
dando así al mundo acrisoladas pruebas
de cristiana. En tu rostro un día bello

los afeites é insomnios triste sello
de amor venal dejaron. ¡Pobres Evas
que del pecado en las hediondas cuevas
de la imagen de Dios el fiel destello

borráis! En vez de redentor ariete
de contrición que rompa tu desdoro,
en tu pecho es sacrilego alcahuete

ese signo que finge tu decoro,
mas su doble reclamo es de falsete
pues ó sobra la cruz ó sobra el oro!