Soneto: XX

Miguel de Unamuno

Junto al caserío Jugo,
barrio de Aperribay, en la anteiglesia
de Galdácano, Vizcaya.


Aquí, en la austeridad de la montaña
con el viento del cielo que entre robles
se cierne redondearon pechos nobles
mis abuelos; después la dura saña

banderiza el verdor fresco que baña
Ibaizábal con férreos mandobles
enrojeció, y en los cerrados dobles
del corazón dejó gusto de hazaña

á mi linaje. Vueltos de la aldea
á la paz dulce y del trabajo al yugo
la discordia civil prendió la tea

que iluminó su vida y fué verdugo
de la modorra que el sosiego crea.
Y asi se me fraguó sangre de Jugo.