Miguel de Unamuno
Mira que van los días volanderos
y con ellos las lunas y los soles
susurrando cual huecos caracoles
marinos los susurros pasajeros
del mar del infinito; son luceros
de misteriosa procesión faroles
y á una esperanza ciega nunca inmoles
la realidad que cruza los senderos.
Querer guardar los ríos en lagunas
resulta siempre una imposible empresa;
no son sepulcros las abiertas cunas
en que la vida se eternice presa,
y no pudiendo detener las lunas
con ellas ve en el giro que no cesa.
Mira que van los días volanderos
y con ellos las lunas y los soles
susurrando cual huecos caracoles
marinos los susurros pasajeros
del mar del infinito; son luceros
de misteriosa procesión faroles
y á una esperanza ciega nunca inmoles
la realidad que cruza los senderos.
Querer guardar los ríos en lagunas
resulta siempre una imposible empresa;
no son sepulcros las abiertas cunas
en que la vida se eternice presa,
y no pudiendo detener las lunas
con ellas ve en el giro que no cesa.