Miguel de Unamuno
Oh pardas nubes, almas de los montes,
que recuerdos traeis aquí á la nava
de aquel rincón en donde el alma esclava
vivía de vosotras; cual bisontes
en rebaño pasais, los horizontes
encrespando en fingida sierra brava
que no á la tierra sino al cielo grava
con su mole. Por mucho que remontes
tu vuelo, mi alma, esa encrespada sierra
de nubes nunca franquearás, muralla
será de tus anhelos; de la tierra
no la tierra, las nubes de que se halla
ceñida hacen la cerca que te encierra
en el estrecho campo de batalla.
Oh pardas nubes, almas de los montes,
que recuerdos traeis aquí á la nava
de aquel rincón en donde el alma esclava
vivía de vosotras; cual bisontes
en rebaño pasais, los horizontes
encrespando en fingida sierra brava
que no á la tierra sino al cielo grava
con su mole. Por mucho que remontes
tu vuelo, mi alma, esa encrespada sierra
de nubes nunca franquearás, muralla
será de tus anhelos; de la tierra
no la tierra, las nubes de que se halla
ceñida hacen la cerca que te encierra
en el estrecho campo de batalla.