Soneto: LXXXI Numancia

Miguel de Unamuno


Desafiando á la orgullosa Roma
desde el adusto páramo, Numancia,
maestra de la ibérica arrogancia
á que jamás por fuerza se la toma

fuiste tú de la patria ya en la infancia.
Pero hoy vuelve á intentar en tí la doma
no ya con catapulta, con carcoma
que de los nobles rinde la constancia.

Mas no Roma civil, la que en la mano
del corazón llevaba su derecho
si en la diestra la espada; el Capitolio

cayó al eternizarse; el Vaticano
que á nuestra España tiene ya en acecho
para con ella apuntalar su solio.