Migguel de Unamuno
Del ciprés á la sombra, en un recodo
del jardín del convento un negro lirio
le decía á Sor Juana del martirio
de salir limpia de huesa de lodo.
Recordaba á su padre que beodo
el candor le rompiera en un delirio
y á cuyos pies su mocedad cual lirio
votivo ardió. Lo recordaba todo:
la del invierno negro blanca noche
en que mientras nevaba á copo lento
su madre se murió, sin un reproche,
y aquella en que llegó con fiero viento
la amiga de su padre en el derroche,
y ella, huyendo el hogar, corrió al convento.
Del ciprés á la sombra, en un recodo
del jardín del convento un negro lirio
le decía á Sor Juana del martirio
de salir limpia de huesa de lodo.
Recordaba á su padre que beodo
el candor le rompiera en un delirio
y á cuyos pies su mocedad cual lirio
votivo ardió. Lo recordaba todo:
la del invierno negro blanca noche
en que mientras nevaba á copo lento
su madre se murió, sin un reproche,
y aquella en que llegó con fiero viento
la amiga de su padre en el derroche,
y ella, huyendo el hogar, corrió al convento.