Soneto 173
Del corazón los ojos ofendidos
hacen batalla sobre cuál me mata.
El corazón con agua los maltrata,
que los quiere cegar por atrevidos.
Los ojos, por quien entran encendidos
espíritus de amor, que amor dilata,
dan fuego al corazón porque los trata
con tanto mal, en tanto bien perdidos.
Ojos, si el corazón con llanto os ciega,
corazón, si los ojos con el fuego,
un contrario abrasado, y otro frío,
sin duda que mi fin de acerca y llega,
que no puede durar ni hallar sosiego
reino tan dividido como el mío.
Del corazón los ojos ofendidos
hacen batalla sobre cuál me mata.
El corazón con agua los maltrata,
que los quiere cegar por atrevidos.
Los ojos, por quien entran encendidos
espíritus de amor, que amor dilata,
dan fuego al corazón porque los trata
con tanto mal, en tanto bien perdidos.
Ojos, si el corazón con llanto os ciega,
corazón, si los ojos con el fuego,
un contrario abrasado, y otro frío,
sin duda que mi fin de acerca y llega,
que no puede durar ni hallar sosiego
reino tan dividido como el mío.