Sum...
Yo soy en Dios lo que soy
y mi ser es voluntad
que, perseverando hoy,
existe en la eternidad.
Cuatro horizontes de abismo
tiene mi razonamiento,
y el abismo que más siento
es el que siento en mí mismo.
Hay un punto alucinante
en mi villa de ilusión:
La torre del elefante
junto al kiosco del pavón.
—90→
Aún lo humilde me subyuga
si lo dora mi deseo.
La concha de la tortuga
me dice el dolor de Orfeo.
Rosas buenas, lirios pulcros,
loco de tanto ignorar,
voy a ponerme a gritar
al borde de los sepulcros:
¡Señor que la fe se muere!
Señor mira mi dolor.
¡Miserere! ¡Miserere!...
Dame la mano, Señor...
Yo soy en Dios lo que soy
y mi ser es voluntad
que, perseverando hoy,
existe en la eternidad.
Cuatro horizontes de abismo
tiene mi razonamiento,
y el abismo que más siento
es el que siento en mí mismo.
Hay un punto alucinante
en mi villa de ilusión:
La torre del elefante
junto al kiosco del pavón.
—90→
Aún lo humilde me subyuga
si lo dora mi deseo.
La concha de la tortuga
me dice el dolor de Orfeo.
Rosas buenas, lirios pulcros,
loco de tanto ignorar,
voy a ponerme a gritar
al borde de los sepulcros:
¡Señor que la fe se muere!
Señor mira mi dolor.
¡Miserere! ¡Miserere!...
Dame la mano, Señor...