Suave Filomena, que tu llanto
descubres al sereno i limpio cielo:
si lamentaras tú mi desconsuelo,
o si tuviera yo tu dulce canto,
yo prometiera a mis trabajos tanto,
qu'esperara al dolor algún consuelo,
i se movieran d'amoroso zelo
los bellos ojos cuya lumbre canto.
Mas tú, con la voz dulce i armonía,
cantas tu afrenta i bárbaros despojos;
yo lloro mayor daño en son quexoso.
O haga el cielo qu'en la pena mía
tu voz suene, o yo cante mis enojos
buelto en ti, russeñol blando i lloroso.