Serena Luz, presente, en quien espira
divino amor, que enciende y junto enfrena
pecho gentil, que en la mortal cadena
al alto olimpo glorioso aspira;
ricos cercos y oro, do se mira
tesoro celestial de eterna vena;
armonía de angélica sirena,
que entre las perlas y el coral respira.
¿Cuál nueva maravilla, cuál ejemplo
de la inmortal grandeza nos descubre
la sombra del hermoso y puro velo?
Que yo en esa belleza que contemplo,
aunque a mi flaca vista ofende y cubre,
la inmensa busco y voy siguiendo al cielo.