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¡Oh dulces besos en la sombra hurtados,
y que en la sombra el labio devolvió!
¡Cuán dulces vuestros goces regalados
son para el alma que constante amó!
Extasiados en plácidas memorias
y en esperanzas de mayor placer,
pensamos nuevas dichas y victorias
de venideros días entrever.
Mas cuando el beso estalla delirante
¿quién puede discurrir y razonar?
¡Llora, mi bien; nada hay en ese instante
más dulce que llorar!
¡Oh dulces besos en la sombra hurtados,
y que en la sombra el labio devolvió!
¡Cuán dulces vuestros goces regalados
son para el alma que constante amó!
Extasiados en plácidas memorias
y en esperanzas de mayor placer,
pensamos nuevas dichas y victorias
de venideros días entrever.
Mas cuando el beso estalla delirante
¿quién puede discurrir y razonar?
¡Llora, mi bien; nada hay en ese instante
más dulce que llorar!