Poema: Danza elefantina de Rubén Darío

Danza elefantina


Oíd, Cloe, Aglae, Nice,
es singular.
El elefante dice:
Voy a danzar.

Lleno de filosofía
tiene el testuz,
la trompa es sabiduría,
los colmillos, luz.

Las formidables orejas
gravedades son
muy llenas de cosas viejas
y de erudición.


Cuatro patas misteriosas,
pues no vienen sin
haber chafado las rosas
de griego y latín,

van a trenzar unas danzas
que son la verdad,
los ensueños y esperanzas
de la humanidad.

¿El elefante está enfermo?
¿Harto de laurel
indico está el paquidermo
rehúso al rabel?

Basta pesadez le sobra
para la función;
y danza mejor la cobra
de la flauta al son.

Ninfas, danzad. El alisio
besa vuestros pies.
El virtual don de Dionisio
con vosotras es.


Oíd, Cloe, Nice, Aglae,
toda mi ciencia es amor:
Y en mis danzas se distrae
mi maestro el ruiseñor.