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Para dárselas al viento,
y que el viento las llevara,
quisiera encerrar mis penas
en una sola palabra.
A ti te la llevaría,
hermosísima tirana,
para que a cada momento
la oyeras y la escucharas.
Y cuando cierra la noche
tus pupilas adoradas,
aún la estarías oyendo
en los ensueños del alma.
Para dárselas al viento,
y que el viento las llevara,
quisiera encerrar mis penas
en una sola palabra.
A ti te la llevaría,
hermosísima tirana,
para que a cada momento
la oyeras y la escucharas.
Y cuando cierra la noche
tus pupilas adoradas,
aún la estarías oyendo
en los ensueños del alma.