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Fulgura mi loco amor,
fogoso al par y sombrío,
cual canto conmovedor
que refiere un trovador
en una noche de estío.
En jardín lleno de flores
gozan, solos, su fortuna
dos rendidos amadores:
¡Cuál cantan los ruiseñores!
¡Cuál resplandece la luna!
Detiénese la doncella;
póstrase el galán ante ella;
entra, de pronto, en el huerto
el Gigante del desierto;
y huye aterrada la bella.
Cae el caballero herido,
y a su antro vuelve el gigante.
Lo mismo me ha sucedido;
la fosa abridme al instante,
y está ya el cuento concluido.
Fulgura mi loco amor,
fogoso al par y sombrío,
cual canto conmovedor
que refiere un trovador
en una noche de estío.
En jardín lleno de flores
gozan, solos, su fortuna
dos rendidos amadores:
¡Cuál cantan los ruiseñores!
¡Cuál resplandece la luna!
Detiénese la doncella;
póstrase el galán ante ella;
entra, de pronto, en el huerto
el Gigante del desierto;
y huye aterrada la bella.
Cae el caballero herido,
y a su antro vuelve el gigante.
Lo mismo me ha sucedido;
la fosa abridme al instante,
y está ya el cuento concluido.