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¡Cuántas canciones dediqué a los rojos
labios de mi adorada!
¡Cuántos tercetos a sus bellos ojos
y a su dulce mirada!
Y si mi hermosa corazón tuviera,
también, fino y discreto,
a su sensible corazón hiciera
un bonito soneto!
¡Cuántas canciones dediqué a los rojos
labios de mi adorada!
¡Cuántos tercetos a sus bellos ojos
y a su dulce mirada!
Y si mi hermosa corazón tuviera,
también, fino y discreto,
a su sensible corazón hiciera
un bonito soneto!