Poema: Cuando se dan la mano dos amantes de Heinrich Heine

- 49 -

Cuando se dan la mano dos amantes,
por siempre separándose quizás,
los sollozos, las quejas delirantes
no terminan jamás.

Nosotros, en tan críticos momentos,
ni un ¡ay! tuvimos; pero, ya lo ves,
los suspiros, los lloros, los lamentos
han venido después.